Bajo la sombra del abismo
llegan hasta el cuello las hojas secas
donde el aroma de los frutos
el azafrán, el cardamomo y los higos
racimos que se abren
como visiones etéreas
y un vapor de tierras intactas
Bajo la sombra del abismo
me alcanza el cálido frío
espalda
por la
eleva
que se
Y al final de los bolsillos
los dedos juegan todavía con el viento umbrío
que corre entre guerras y sin máscara.
Bajo la sombra del abismo
los girasoles crecen amarillos
los ríos son ríos
y el mundo cesa de dar vueltas
dentro del agua.
Porque somos el abismo,
pimienta molida contra el destino
una mezcla de nostalgia y albahaca
sombra del otro y lo mismo
donde se enciende como aceite un lirio
en el centro de cada
fuego que se apaga.
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